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miércoles, 24 de abril de 2013

TAMBIÉN ENGORDA LO QUE NO SE COME



 
Con el título de mi post no quiero que os asustéis. 

Solo quiero que además de lo que siempre he recomendado una dieta equilibrada y ejercicio regular hay una serie de factores que influyen en mayor o menor medida en que ganemos o no peso.

Y creo que es necesario que los sepáis y tengáis en cuenta.








COMER RÁPIDO: Con el ritmo de hoy en día comemos muy rápido, muchas veces en quince minutos y sin masticar bien los alimentos. Cuando comemos muy rápido, las hormonas que nos dan la sensación de saciedad no se liberan a tiempo, lo que produce que tengamos menos sensación de saciedad y por tanto comamos más alimentos de los que necesitamos.
De modo que hay comer mucho más despacio, tomándonos el tiempo necesario para disfrutar de nuestra comida.

ESTRÉS Y ANSIEDAD: Hacen que muchas personas reaccionen comiendo más y resulte muy difícil controlar el apetito. Utilizamos la comida como sustituto para sentirnos mejor.
Estas emociones producen un desequilibrio en la hormona llamada cortisol que es la culpable de la acumulación de la grasa abdominal.
Sé que con los tiempos que corren muchas veces es difícil no tener estrés o ansiedad, pero debemos hacer un esfuerzo por intentar tomarnos las cosas de otra manera siempre pensando que es por nuestra salud.


ATRACONES: comer mucho en un sólo momento del día y mantener muchas horas de ayuno no es bueno, porque favorece los atracones. Lo mejor es fraccionar la alimentación en cinco comidas diarias. 

Esto aumenta el funcionamiento metabólico y disminuye la probabilidad de acumular grasas, dado que la provisión de alimento constante reduce notablemente la ansiedad.

TRASNOCHAR Y DORMIR MAL: Cuando no dormimos las siete o nueve horas que necesitamos cada noche para recuperarnos, nuestro cuerpo busca otras formas de compensar que el cerebro no secrete  las cantidades normales de serotonina y dopamina que son los químicos del bienestar. 
Por lo que aparecen los antojos de alimentos azucarados que liberan  esas sustancias de inmediato. 
Alargar la jornada hace que sigamos picando aún después de una buena cena.


SEDENTARISMO: la falta de actividad física es muy perjudicial, para el peso y para la salud. Cuanto más nos movamos, mayor gasto calórico tendremos y acumularemos menos grasa.


DEJAR DE FUMAR: nada más recomendado que abandonar el tabaco. Pero es importante que tengas en cuenta que tendrás picos de ansiedad que te llevarán a picotear. Planifica qué hacer en esos momentos. Lo más aconsejable es realizar ejercicio y seguir una dieta equilibrada en esa etapa.


EXCESO DE SAL: salar demasiado la comida es malo. Es conveniente disminuir el consumo de sodio para retener menos líquidos y eliminar el riesgo de presión alta. Se puede compensar agregando mayor variedad de especias en tus comidas.


POCO LÍQUIDO: Ingerir menos de 1 litro de agua por día hace que nuestros riñones trabajen poco y más toxinas queden en nuestro cuerpo. 
Recomiendo beber a diario 2 a 3 litros de agua.

 


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