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viernes, 26 de abril de 2013

¿PORQUÉ COMEMOS CUANDO NO TENEMOS HAMBRE?

¿Hambre o ansiedad? 


Esta es una pregunta que muchas veces deberíamos plantearnos cuando estamos comiendo de forma compulsiva.

Puede pasarnos a cualquier hora del día y es en ese momento cuando no podemos controlarnos y caemos en la tentación, comiendo compulsivamente alimentos normalmente muy calóricos.   
Sufrimos ansiedad debido a los diferentes problemas económicos a los cuáles nos tenemos que enfrentar, no llegar a final de mes, estrés, soledad, tensión por el trabajo, o por no tenerlo, problemas con la pareja, los hijos...

El problema es que después del atracón viene el sentimiento de culpa, nos sentimos mal con nosotros mismos por no haber podido controlarnos. 

Son las situaciones que nos angustian y preocupan, en las que no sabemos como actuar y gestionar esta ansiedad, por lo que es habitual, que tendamos a comer compulsivamente, con el único fin de encontrar el bienestar, y para ello recurrimos a la comida.




¿Qué es el hambre y qué es la ansiedad?



El hambre es la sensación que indica la necesidad de alimento o ganas y necesidad de comer. 
Hay diferentes tipos de hambre, está el hambre homeostático necesaria para que el organismo pueda sobrevivir, y un hambre hedonista, derivada del placer por la comida.

La ansiedad es un mecanismo adaptativo natural que nos permite ponernos alerta ante sucesos comprometidos. En realidad, un cierto grado de ansiedad proporciona un componente adecuado de precaución en situaciones especialmente peligrosas. Una ansiedad moderada puede ayudarnos a mantenernos concentrados y afrontar los retos que tenemos por delante.

 
En ocasiones, sin embargo, el sistema de respuesta a la ansiedad se ve desbordado y funciona incorrectamente. 
Cuando la ansiedad es desproporcionada y se presenta en momentos inoportunos y no nos deja seguir con nuestra vida cotidiana normal, entonces se la considera un trastorno.



La ansiedad es uno de los males del momento, que puede afectar a la salud en forma severa. Quizás, se subestima porque no se ve, pero se siente.
En general, se comienza a dar importancia al exceso de ansiedad cuando el cuerpo se ve afectado, ya sea por un aumento excesivo de peso, por un ataque al corazón o por un ataque de pánico. 
Sea cuál fuese la consecuencia, es importante que conozcas si sufres ansiedad por la cómida, averiguar cuál el motivo de dicha ansiedad y tratarlo con un especialista.


Entre sus síntomas, tenemos los siguientes:

 - insomnio, sueño inquieto, despertar fácil
 - mareos, temblor del cuerpo
 - respiración acortada
 - incapacidad de mantenerse quieto en un sitio
 - tensión, irritabilidad, preocupación, desesperación
 - incapacidad de pensar con claridad
 - las mujeres pueden experimentar aumento de los síntomas premenstruales
 - frecuencia respiratoria y cardíaca aumentada
 - palpitación fuerte
 - nudo en la garganta, boca seca
 - tensión en el pecho, calambres intestinales
 - sensación de hormigueo de las extremidades, contracción muscular  
   

Cómo saber si es hambre o ansiedad

Cuando estamos comiendo compulsivamente fruto de esa ansiedad, lo que tenemos que hacer es tratar de escuchar y observar a nuestro propio cuerpo, para descubrir si en realidad tenemos hambre o no.

Esto significa, que tenemos que averiguar si estamos comiendo porque en realidad tenemos hambre o es por otra cosa distinta. Esto es muy importante para tratar y luchar contra la ansiedad que sobretodo aparece ante determinadas situaciones de la vida. 

Si realmente piensas que tienes un problema con la comida y no eres capaz de llevar a buen término esa ansiedad te recomiendo que acudas a un psicólogo que tratará tu caso individualmente y te ofrecerá pautas para superarla.

Recomendaciones generales que ayudan a combatirla

 - Escuchar música suave puede ayudar a reducir la ansiedad.
 - Conversar con un familiar o amigo para disipar la tensión.
 - Descansar bien (si se puede, hacer siestas durante el día).
 - Aprender técnicas de relajación y meditación.  
 - No concurrir a lugares ruidosos o con exceso de personas.
 - Caminar en áreas abiertas como parques, playas, campos, etc., y hacer con frecuencia ejercicios como natación o bicicleta. 


¿Cómo afecta la ansiedad a nuestro peso?



Cuando decidimos perder peso, nuestra decisión debe ser firme y estar convencidos de que queremos cambiar. Por tanto tendremos que cambiar hábitos alimenticios, hacer ejercicio, dormir bien, e intentar evitar el estrés en la medida que se pueda.

Con la situación económica que estamos viviendo, muchas personas están sin trabajo y la ansiedad por supuesto juega malas pasadas.

Es muy fácil decir "tomate las cosas de otra manera, con calma"  pero no es tan fácil hacerlo, cuando nos puede la ansiedad y nos damos un atracón, seguido del sentimiento de culpa, nos sentimos mal con nosotros mismos y eso hace que nuestra autoestima este por los suelos.

Debemos de ser fuertes y encontrar algo por lo que motivarnos y tener una gran fuerza de voluntad para poder superar la situación que nos lleva a padecer esta ansiedad, tenemos que pensar que si nosotros no cambiamos nadie lo va a hacer por nosotros. 
De nada sirve compadecernos de nosotros mismos, si no tomamos las riendas de nuestra vida, si no nos cuidamos nosotros,  ¿quién lo hará?.

Y ahora recuerdo una frase que me dijo mi profesora Estela cuando estaba estudiando Dietética "cuando uno cambia, todo lo de su alrededor también cambia",  si quieres cambiar las cosas debes empezar por ti cambiando tu.

Comer compulsivamente es una solución que dura un instante, calmamos nuestra ansiedad por un momento pero más tarde ¿qué? Vamos a la báscula y nos arrepentimos. Tenemos que romper este círculo vicioso para sentirnos bien con nosotros mismos tanto a nivel físico como mental.

Hay estudios que demuestran que el estrés se relaciona con el desarrollo de sobrepeso y obesidad.


¿Pero por que el estrés engorda?.

Debido a la ansiedad que nos provoca el estrés, comemos más, y también se libera una hormona que favorece la acumulación de grasa abdominal y por tanto el incremento de peso ante el estrés.

La hormona se llama hidrocortisona y el cuerpo la libera cuando atraviesa épocas de estrés, también libera el cortisol, adrenalina y noradrenalina para estimular al organismo a seguir adelante.



Para paliar el cansancio y poder continuar con las actividades, nuestro cuerpo nos pide comer más y con más calorías, si esto lo sumamos al efecto de las hormonas de acumular grasa abdominal, esto se convierte en un peligro para nuestra salud.

Entonces, nuestro cuerpo entiende que ante situaciones de estrés necesita más combustible y, a su vez, se prepara con reservas para posibles situaciones peores, por eso, el estrés es un fuerte factor de riesgo para nuestra salud, al incrementar grandemente las posibilidades de desarrollar un exceso de grasa corporal.
El descanso adecuado y relajar tensiones es más importante de lo que pensamos si queremos cuidar nuestra salud. Por ello, no olvidemos dedicar tiempo a nosotros mismos y dormir lo necesario, para evitar en la medida de lo posible  el estrés.

Consejos que pueden ser útiles:

1.- Antes de ponernos a picar o coger un dulce, hay que distraerse: llama a una amiga, sal a dar un paseo...

2.- Anota tus momentos de debilidad: llevar una agenda donde anotes cuándo surge la ansiedad y la necesidad de comer por hambre emocional. Saberlo te hará ser más consciente del problema y te ayudará a controlarlo. 

3.- Hacer ejercicio. Ya sabemos los beneficios de hacer ejercicio físico para nuestro organismo, pero además es una forma de relajarnos y calmar esa ansiedad por la comida. Podemos practicar bicicleta, natación, yoga, caminar. 


4.- Dormir bien y las horas suficientes. La falta de sueño no ayuda nada, la mente es más propensa a la depresión, a la angustia y nuestra fuerza de voluntad se debilita. Estudios sobre el tema afirman que las personas con falta de sueño comen en exceso. 


 

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